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BIT A KORIN

El que a hierro mata...

El que a hierro mata...

El que a hierro mata... A hierro muere. Y no, no lo dice el Corán sino la Biblia. Y tu estás dejando morir abandonados a su suerte en el desierto a los pobres negritos que se desuellan vivos saltando las alambradas de la frontera española con Marruecos. Y lo que buscas es echarnos a Amnistía Internacional y otras yerbas encima como si fueramos los culpables de tu desgobierno. Métete en tus asuntos, controla la delincuencia, alimenta a tu pueblo y dejate de chupar del bote mientras tus súbditos se mueren de hambre y se juegan la vida por la libertad.
Y respecto a Ceuta y Melilla, te recuerdo que son más españolas que muchas otras provincias, Barcelona incluida.
Así es que deja tus aspiraciones imperialistas para mejor momento o sabremos poner el medio (o el Tercio si se tercia), para pararte los pies.
Y recuerda la bonita poesía que dice:
«¡Guerra! Clamó en el altar
El sacerdote, con ira;
¡Guerra! Repitió la lira
Con indómito cantar;
¡Guerra! Gritó, al despertar,
El pueblo que al mundo aterra;
Y cuando en hispana tierra
Pasos extraños se oyeron,
Hasta las tumbas se abrieron
Gritando: «¡Venganza y guerra!»
»La Virgen, con patrio ardor,
Ansiosa salta del lecho;
El niño bebe en el pecho
Odio eterno al invasor;
La madre mata su amor,
Y cuando salmada está,
Grita al hijo que se va:
»¡Pues que la patria lo quiere,
»Lánzate al combate, y muere...
»Tu madre te vengará!»
Y suenan patrias canciones
Cantando santos deberes;
Y van roncas las mujeres
Empujando los cañones;
Al pié de libres pendones
El grito de patria zumba,
Y el rudo cañón retumba,
Y el vil invasor se aterra;
¡Y al suelo le falta tierra
Para cubrir tanta tumba!»

Pues eso, arreando que vienen dando.
O vendrán.