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BIT A KORIN

¿Te invito a comer?

¿Te invito a comer?

¿Te invito a comer? Las vacas, locas como cabras.
El pescado, con el anisakis ese de los cojones.
Las verduras, regadas con aguas fecales.
La comida basura te pone el colesterol por las nubes y las transaminasas que no veas.
Los dietistas te dicen que el pan engorda y que comas sin pan.
El alcohol, ya sabes, ni una puta gota, que no podemos conducir por ti (joder, solo faltaba llevar al Rubalkabin o al Zpito de chóferes…)
Los cerdos, con peste porcina (me refiero a los de 4 patas; los otros siguen en la poltrona del di-á-lo-go,con los asesinos de ETA, claro está).
Los jodidos postres tienen más grasa vegetal que el Desatinos relleno de margarina de cacahuete.
Y las chuches de las narices, producen caries, SIDA, cáncer de páncreas, impotencia, senilidad, alopecia, ganas de hacerse socio del Atleti e incontinencia urinaria (esto se lo digo a mis hijos pequeños, pero ni puto caso me hacen, parecen accionistas de Gominola S.A. y filiales varias).
¡Siempre nos quedará París!, decía yo hasta hoy, remedando a Humprhey Bogart en Casablanca, despidiéndose de Gracita Morales en el aeropuerto de Cuenca. ¿O no fue así? Bueno, más o menos, recordáis la escena, ¿no?
Y es que yo creía que a pesar de todos los males alimentarios antes citados, siempre nos quedaría el pollo.
Pero…hete aquí, que el jodío volátil nos ha salido rana, y no es que se haya apareado con el príncipe del cuento, sino que también se ha apuntado al exterminio de la raza humana.
¡Los pollos dominarán la tierra! Bueno, tampoco sería tan malo. Ahora la dominan los gilipollas. Total, lo mismo da…
Pues sí, Don Pollastre va y se alía con Madame Salmonella y a joder el veraneo a mogollón de gente. Además no os creáis que ataca con una enfermedad discreta y aristocrática, de esas que sirven hasta para alardear y tirarse el rollo.
- “Tengo una pequeña arritmia en el ventrículo derecho y me produce aumento en las pulsaciones”, te dice la Marquesa del Flis-Flis y te mueres de envidia.
Ahora, vas tú y dices “Me he comido un pollo envasado al vacío y me voy por las patas abajo”, y te echan de Pachá, de España y del Universo conocido.
¡Jodío pollo desagradecido! Aquí defendiéndote desde los primeros tiempos como uno de los protagonistas de la mesa hispana y ahora te revuelves contra tus valedores. Anda y que te llenen de tomillo, romero y limones por el culo, te asen y te sirvan a la Mojama de la Vogue con patatitas.
¡Que buena falta le hace!