¡Felicidades!

Ya sé que la mayoría de las veces escribo estas líneas con sorna y cachondeillo mordaz. Pero hoy lo hago desde el más sentido de los respetos y con mi más sentida alegría.
A pesar de votar al PP siempre he sido felipista, pero en sentido “real” no en el “figurado”.
Y me ha encantado la noticia de que Doña Letizia nos vaya a dar la continuidad a la monarquía. Y es que es lo normal en una pareja. Se casan y tienen niños. Bueno, al menos lo era hasta que el ZPito se sacó de la manga el gaytrimonio, con el que una pareja se casa y como mucho pueden tener una cabra si se la compran.
Y es que no me extraña que la princesa este encinta. Ha salido la reportera de la Tele 1 esa y dice que, según la agenda del Príncipe, desde que se casaron tienen 6 actos al día…Vamos, trillizos podían tener a ese ritmo. Madre del amor hermoso…
Y lo mejor, lo de los nombres. Si es niña (creo que va a ser chavalote), la llamarán Covadonga. Precioso. Y si es niño…Pelayo. ¡Genial!
Y se repetirá la historia. D. Pelayo II allá arriba en las montañas con sus fieles a darle de nuevo matarile al moro. Que ya va haciendo falta. Otra Reconquista. Hala, moro sin papeles…, pues patera de vuelta y que te aguante el Mohame Tarari que te VI.
Y todos los políticos tan contentos. Solo que a unos se les nota más que a otros.
Porque a la Mojama se le notaba la envidia. Diría, si yo también soy delgadita y no me como un torrao…Joder, todavía hay clases.
Leticia es una princesa y tu pareces una reinona del paralelo barcelonés. Solo ha sacado los pies del plato el ímbecil de siempre. Esto es, el Rovireche, que dice que si, que tienen todo lo que quieren, casa…de momento. Tío, eres gilipollas. Vas a tener que salir por patas de esa parte de España que se llama Cataluña. Ya lo veras, mangarrán. Idiota, obtuso, Pérez.
Y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Como aquél que decía:”A veces veo muertos…”. Y le contestaba el amigo: “Coño Mariano, que eres forense…”. Pues eso. Hasta la próxima. Que estaré un par de días de retiro en el Tibet para asimilar las tontadas del Carod.