11-S: In memoriam
Cuatro años ya desde la barbarie terrorista del 11-S. Un día que cambió el mundo y no precisamente para bien. Perdimos todos libertad y seguridad por culpa de un fanático islamista radical llamado Bin Laden. ¡Que Alá lo confunda donde quiera que esté!
Y que cuando muera, ojala no tarde mucho, compruebe por si mismo que en su paraíso no hay huríes ni una vida eterna maravillosa. Que solo reciba dolor, el mismo que el provocó en miles de familias, pero multiplicado por infinito.
Y aunque hayamos perdido libertad, no debemos cejar en el empeño de luchar y acabar con el terrorismo en cada rincón del planeta. Así recuperaremos esa libertad perdida. Sin titubear ni un segundo.
Cualquier tipo de terror debe ser combatido y exterminado con la máxima firmeza. Y eso excluye la bajada de pantalones ante los asesinos, ¿entiendes esto, ZPito?
Da igual quien sea el que siembra el terror, los islámicos locos solos o en combinación con ETA, los palestinos suicidas o quien sea.
No puede haber tregua ni vacilación. O acabamos con esa lacra, o el caos acabará con la civilización occidental y volveremos siglos en el tiempo.
Y a mi, la verdad, no me apetece nada ir con turbante.
Y que cuando muera, ojala no tarde mucho, compruebe por si mismo que en su paraíso no hay huríes ni una vida eterna maravillosa. Que solo reciba dolor, el mismo que el provocó en miles de familias, pero multiplicado por infinito.
Y aunque hayamos perdido libertad, no debemos cejar en el empeño de luchar y acabar con el terrorismo en cada rincón del planeta. Así recuperaremos esa libertad perdida. Sin titubear ni un segundo.
Cualquier tipo de terror debe ser combatido y exterminado con la máxima firmeza. Y eso excluye la bajada de pantalones ante los asesinos, ¿entiendes esto, ZPito?
Da igual quien sea el que siembra el terror, los islámicos locos solos o en combinación con ETA, los palestinos suicidas o quien sea.
No puede haber tregua ni vacilación. O acabamos con esa lacra, o el caos acabará con la civilización occidental y volveremos siglos en el tiempo.
Y a mi, la verdad, no me apetece nada ir con turbante.
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