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BIT A KORIN

Obsesión y decisión

Obsesión y decisión

La obsesión es una cosa y la decisión, otra. Cuando uno se obsesiona, no ve más allá de sus nasales y lo único que desea es alcanzar el fin a cualquier precio.
Cuando uno está decidido, persigue un fin abierto que suponga un bien general. Para el que se obsesiona, el fin justifica los medios. Para el decidido, el bien común se antepone a lo demás.
ZPito está obsesionado en sacar el Estatuto de Cataluña “como sea”, y vaya que si lo saca...
Mariano Rajoy está decidido a aceptar que el conjunto de los ciudadanos tiene derecho a opinar sobre un cambio en el modelo de convivencia como el que plantea el puñetero texto estatutario.
Obsesión versus opinión. Cerrilismo contra razón.
Término nación, financiación, ruptura con el resto de España, imposición nazi del idioma, chantaje… Todo eso no es inconstitucional. Eso es ser modernos. Eso es tener una mentalidad abierta. Eso es democracia total (¿o totalitaria?)
En cambio, proponer escuchar al ciudadano de a pie, al que paga sus impuestos aunque le joda ver como se dilapidan en farfullerías partidistas o en como se lo llevan a manos llenas, es antidemocrático, anticonstitucional y antitodo.
Lo ha dicho el peón de brega Rubalkabez, que plantear un referéndum para que usted, vecino de Cuenca, pueda opinar sobre que le parece que la piel de toro se convierta en tiras porque a un ególatra le salga del níspero.
Eso no es constitucional…
Por cierto, el Consejo General del Poder Judicial ha denunciado 17 motivos de inconstitucionalidad en el proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña. ¡17 motivos! Que sabrán esos de leyes… (por cierto, los miembros progresistas, se han abstenido en la votación)
Y porque a Marianico (no el corto, el otro, el bueno), se le ocurre plantear que si la democracia es el gobierno del pueblo, pues que es bueno escucharle, no sale el loco del “pásalo” a decir que la Consti es sagrada…
¡Toma ya ley del embudo!
Pero mirusté por donde, el PP podrá presentar una proposición no de ley, respaldada con firmas, para ver la opinión de los españoles sobre el Estatuto ese. Y esta posibilidad está recogida en el artículo 92 de la Constitución. ¡Jódete, Rubalkabin!
Y mientras, el Carolín Rovirechico, con un ataque de cuernos de los que producen urticaria, dice que no va a ver al bobo de La Moncloa.
Lo que pasa es que no le llega la camisa al cuello y ve como se le acaba el chollo.
No se puede engañar a una nación para contentar a una panda de independentistas irredentos para que te mantengan en la poltrona catalana a un borrachín estúpido. El precio es alto y el beneficio, nulo.
Las cosas hay que contarlas. Negociar a espaldas de tu pueblo puede salir caro.
Se puede hace mejor o peor, pero lo que no es de ley es hacerlo a hurtadillas, mintiendo, pactando lo inconfesable y riéndose del que mete el papelín en la cajita de metacrilato.
Tanto que defendéis unos principios, empezar a aplicarlos. Y el principal de todos: No mintáis. Porque la verdad nos hará libres.
Y no hay mal que cien años dure (ni de honradez), ni plazo que no se cumpla.
Pues eso.

1 comentario

Los que pasaban -

Hasta ahora leia blogs de pasada por diversion.El tuyo lo vi varias veces y solo lo lei.Hoy ante las verdades que dices me digna felicitarte por las verdades que dices y que muchos pensamos.Felicidades y sigue asi